jueves, 27 de septiembre de 2007




Toda mi vida me esforcé por mostrar mi gran inteligencia y capacidad tratando de superar a los hombres. Una vez que maduré descubrí que los motes impuestos por la sociedad son la mejor arma que tiene una mujer: ahora me teñí de rubia, me mantengo flaca, me maquillo con tonos rosas, me muestro inoperante, dubitativa, y utilizo diminutivos. Conclusión: tengo menos tareas para realizar en mi trabajo y nadie me exige mucho comparado con el resto de las personas (eso sí, cobramos el mismo salario).




(No esperen que escriba algo interesante, reflexivo o inteligente en este blog: soy mujer, soy rubia y no se me permiten cosas más allá de mi capacidad)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu blog es raro. Un poco desprolijo. Pero me gusta. Y veo bien que te hayas transformado en una rubia tonta. Si el trabajo asi es mas facil. Eso si: cuando te digan que las mujeres solo sirven para la reproduccion no te quejes.


Saludos!
K

Abel dijo...

Interesante. Las rubias pueden hacer lo que quieran.
Ya que estás camuflada podrías ingeniartelas para adueñarte de la empresa. Nadie va a darse cuenta hasta que sea demasiado tarde... ;-)


Saludos

Pataca me dicen dijo...

K: Mi blog es mi fiel reflejo. Lo que escribiste luego, me cuesta entenderlo...soy rubia no lo olvides. Jajajajaja!
Abel: Mi vino a la mente este llamado a la solidaridad: "Hombre: si tienes de compañera de trabajo una mujer rubia, cuidate, seguramente no es tan tonta como parece"