Había una vez un hermoso príncipe que le preguntó a la bella Princesa:
-"¿Te querés casar conmigo?"
Y ella le respondió:
-"¡¡¡...NO!!!"
Y la princesa vivió feliz por muchos años...Como no se hacía malasangre, no le salían tantas canas y arrugas.
Podía comer lo que quería cuando quería. Podía salir a vagar libremente por el shopping sin verse obligada a llegar temprano para cocinar.
Se compraba lo que quería sin sentir culpa.
Su casa estaba ordenada. Nadie tiraba la ropa sobre la silla del comedor, los zapatos por cualquier lugar. No había olores nauseabundos en su departamento porque nadie le cagaba y meaba el inodoro inmediatamente después de hacer la limpieza general para que el perfume no durará.
Como arreglaba sola las cosas que se rompían, no necesitaba hacer de asistente alcanza herramientas de nadie.
Nadie criticaba su corte, su ropa, su físico o su aspecto por lo que su autoestima estaba alta, muy alta.
Y lo más hermoso de todo: no tenía suegra, ni cuñadas.
FIN
No me apellidaré Grimm, pero tengo su talento.
2 comentarios:
Las mujeres somos gatafloras.
Si no tuvieramos marido, andariamos deprimidas porque no hay nadie con quien estar o pelear...
Lo ideal es tener un solo marido en la vida...para experimentar. No entiendo a las reincidentes...
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