domingo, 23 de diciembre de 2007


Hay muchas razones por las que no se debe pintar todo un departamento en tres días, sólo voy a enumerar los inconvenientes de mi odisea:


  • Pintar, ir a trabajar y volver a pintar: fui con manchas de pintura sintética en los brazos y tuve que explicar a mis compañeros laborales que me había bañado, pero que no había tenido tiempo de usar aguarrás.

  • Patee, en el apuro, una lata de pintura y perdí la mitad del contenido.

  • Me caí desde un banquito sobre un recipiente con aguarrás, provocándome un moretón enorme en la planta del pie.

  • Hubo un corte de luz de 6 horas cuando estaba por terminar la última mano en la cocina. Como no podía seguir trabajando, me puse a leer a la luz de la vela los diarios que usaba para apoyar los pinceles.

  • Trasladar todo de un lado a otro para no salpicarlo, deshacerme de lo que no servía, lavar cortinas y otros elementos...y precurar dejar la casa en condiciones...además de cocinar entradas y plato principal...porque en pocos días debía celebrar, en mi redecorada morada, la Navidad.

No hay comentarios.: